El proyecto de reforma de Can Patata consistió en la transformación de un espacio que, aunque tenía una fuerte identidad, necesitaba modernizarse para adaptarse a las necesidades de su nuevo uso. El edificio, catalogado en el inventario del Patrimonio Cultural de Formentera, estaba conectado a unos almacenes sin incorporar a planeamiento. El desafío era mantener el carácter original del lugar mientras lo hacíamos funcional y adecuado al entorno urbano.

La propuesta consistió en unificar los dos almacenes existentes en uno solo, sustituyendo la cubierta de fibrocemento por una nueva cubierta plana. Esto mejoró tanto la eficiencia térmica del edificio como su estabilidad. Se mantuvo la fachada de piedra original y se adaptaron las aberturas para mejorar la ventilación natural, la distribución de la luz y la conexión con el exterior. La unificación de los almacenes generó un espacio interior más amplio y flexible, aprovechando mejor la superficie disponible.

La intervención también supuso  una mejora en la accesibilidad del espacio. Se desmontó el porche que conectaba los dos edificios y se reformó el patio exterior para hacer la circulación más fluida y cómoda. También se buscó una mejor integración entre el interior, el exterior y el entorno.

Para mejorar el confort, se utilizaron materiales que reforzaron la calidez y autenticidad del lugar: viguetas de la cubierta y carpinterías de madera, y hormigón pulido en los pavimentos interiores y exteriores.

La reforma permitió convertir Can Patata en un lugar funcional y cómodo, sin perder su esencia. El resultado es un ambiente único que respeta la historia del edificio mientras cubre las necesidades actuales.