3 MARES
2023
Reforma integral de vivienda unifamiliar de planta baja y piso, anexo y piscina en Formentera.












































El hecho de ampliar la superficie existente añade complejidad al proyecto, pues obliga a incorporar y adaptar una estructura nueva en un espacio ya edificado. En este proceso, se decidió derribar el tercer volumen existente, resultando un conjunto más compacto y consistente. Los condicionantes de partida tales como tamaño de parcela y situación de la vivienda respecto a ésta han jugado un papel clave a la hora de tomar decisiones.
La vivienda presenta la fachada principal al Oeste dando a un camino público y transitado, lo que ha condicionado la estrategia de diseño. Para minimizar su impacto, la casa se desarrolla de espaldas a esta vía, con una fachada que funciona como un muro casi ciego, en la que solo se abren pequeñas aberturas para permitir la ventilación. De este modo, la edificación se orienta hacia la parte trasera, actuando como una barrera que protege los espacios interiores de la circulación urbana, garantiza la privacidad y reduce la incidencia del ruido.
La ubicación de la piscina, entre la arquitectura y el terreno, hace que desde el interior se perciba como una extensión natural del espacio exterior. Más que un simple elemento paisajístico, se convierte en un punto de encuentro alrededor del cual se articulan los distintos volúmenes que conforman la vivienda. Durante el día, la lámina de agua refleja la luz natural, amplificando la luminosidad del conjunto, mientras que al atardecer se funde con el horizonte, suavizando los límites entre la arquitectura y la isla.
Se ha redistribuido la zona pavimentada para generar transiciones más fluidas entre la vivienda y el entorno natural, respetando la topografía original. Mientras que el interior es compacto, el espacio exterior está segregado, fragmentando las comunicaciones y generando rincones con identidad propia. De la misma manera, el acceso a la cubierta se realiza a través de una escalera exterior que simula una grieta entre el anexo y el volumen principal.
En este proyecto hemos reinterpretado la arquitectura tradicional, adaptándola a las técnicas actuales. Respetando las tradiciones constructivas locales, hemos incorporando elementos contemporáneos que mejoran la funcionalidad y el confort, adaptando la vivienda a los tiempos actuales sin perder su esencia. El juego de volúmenes refleja el lenguaje arquitectónico de la casa pagesa, con formas sencillas y proporcionadas que dialogan con el entorno natural. La fragmentación del edificio en piezas más pequeñas y equilibradas reduce su impacto visual, poniendo el énfasis en la composición y la relación entre los distintos elementos en lugar de enfocarse en la escala de la construcción.
A nivel constructivo, se mantienen características de la casa payesa, como la cubierta plana y el sistema de doble envolvente. Además, la verticalidad de los huecos en fachada refuerza la coherencia estética de la intervención, respetando el equilibrio entre lleno y vacío que caracteriza a las edificaciones tradicionales. La vivienda se articula en torno a un eje central que organiza la circulación y refuerza la relación con el paisaje. El uso estratégico de patios y porches permite extender la vivienda hacia el exterior, protegiendo los espacios interiores del exceso de radiación solar en verano y generando zonas de sombra naturales.
En cuanto a la distribución, la fachada oeste, que linda con el camino, alberga las estancias nocturnas. Esta estrategia responde a una lógica de uso: durante la noche, cuando el tráfico es inexistente, las habitaciones no se ven afectadas por la proximidad del camino, garantizando el descanso y la privacidad. La escalera interior, lejos de ser un elemento cerrado y monolítico, funciona como una lámpara diurna que introduce luz natural y enfatiza la transición entre las áreas de noche –más contenidas en tamaño- y las de día, más abiertas y luminosas.
Recuperar la lógica constructiva mediterránea: aprovechar los recursos disponibles, adaptarse al clima en lugar de combatirlo, y garantizar el confort sin un consumo energético excesivo. Esta no es una visión novedosa, sino un conocimiento heredado que reinterpretamos con las herramientas actuales. En este caso, los interiores mantienen una imagen más urbana sin perder la sencillez propia de la casa payesa. La paleta material se ha reducido a tres elementos principales: micro-terrazo en los pavimentos, cal blanca en los paramentos verticales, y madera, presente en vigas estructurales, carpintería, mobiliario, y suelos exteriores. Esta contención material refuerza la coherencia del conjunto, evitando distracciones visuales y enfatizando la esencia arquitectónica.
La envolvente de la vivienda está concebida para proporcionar confort en todas las estaciones del año. La doble fachada minimiza al máximo los puentes térmicos y genera inercia térmica, acumulando el calor en invierno y disipándolo en verano, reduciendo así la necesidad de climatización activa. Los revestimientos de cal permiten que los muros transpiren, regulando la humedad y mejorando la calidad del aire interior.
Desde el inicio del proyecto se consideró el impacto energético a largo plazo, optando por una mayor inversión en la fase de obra para reducir los costes de uso de la vivienda en el futuro. Esta estrategia no solo responde a una cuestión económica, sino también de salud y bienestar: una casa que regula su temperatura de forma pasiva ofrece mayor calidad ambiental que una dependiente de sistemas mecánicos de climatización.



antes de la interveción

planta baja vivienda, sótano y piscina








antes de la intervención


sección constructiva porche





detalle de carpintería escalera






planta primera del conjunto


















